29 dic 2012

PÁGINA 51


Se suponía que ese día iba a ser uno entretenido, un día de verano como cualquier otro. Incluso todavía tienes tu pelota y tu traje de baño en la mochila por si querían meterse a la pileta o jugar un rato al fútbol. No estaba en tus planes que todo esto sucediera, que tuvieras ahora que cargar con la responsabilidad de decidir sobre utilizar o no ese artefacto para el bien…Las opciones redundan en tu cabeza, van de un lado a otro, imprecisas. Es prudente elegir, tomar una posición, hacer lo creas mejor, pero ¿estás realmente seguro de lo que quieres hacer?

Por un lado, tu amigo te presenta una oportunidad única: usar el artefacto foráneo para evitar futuros accidentes, salvar vidas, transformarte en un héroe. Pero tú has visto películas, has leído historietas; sabes todo aquello por lo que los héroes deben pasar. Tener una vida oculta, enfrentarte constantemente a peligros para mantener a tu ciudad a salvo, y eso sin mencionar que no tienen un control absoluto sobre aquello que les dará la habilidad de salvar a los inocentes. Esa misteriosa máquina extraterrestre podría contener quién sabe cuántos misterios, quién sabe cuántas utilidades, quién sabe cuántas tragedias…hay mucho que podría salir mal, mucho que dejarían en juego, mucho por lo cual apostar. Pero hay un dicho que dice “el que no apuesta, no gana”.

A su vez, en la otra cara de la moneda, está la situación relacionada a no hacer uso del artefacto. Esto no parece para nada emocionante, pero sí parece que es lo mejor, o al menos, lo que te pondría a ti en el menor peligro, lo que mantendría todo a la normalidad. Es la solución más fácil, la más cobarde, pero ¿eres verdaderamente un miedoso por querer que nada cambie? ¿Está mal querer mantenerse uno vivo, sabiendo que nadie moriría a raíz de ello? Si no usas el aparato para ser un héroe, evitarías que se salven muchas vidas, algunas de las cuáles hasta te podrían interesar. Quizás alguna vez, Dios no lo permita, pero algo le podría suceder a algún ser querido…y entonces lamentarías haber menospreciado el poder de regresar el tiempo atrás y hacer algo para evitar que esa persona muera o sufra…pero si en la vida real esas cosas no son posibles, si en la realidad no existen los superhéroes ni las habilidades para traer a la vida a aquellos que han muerto, es por algo, ¿no es así? Es la ley de la vida, todos morimos alguna vez, así es como las cosas han sido y quizás sean así como deben ser. Quizás todo debería permanecer como estuvo.

Está en ti la decisión. Las cartas están barajadas sobre la mesa, ahora es momento de que elijas usarlas a tu criterio. Pueden tocarte cuatro ases, puedes tener una mala racha y por tanto una mala mano, aunque el partido siga; puedes creer que tienes la mejor y más alta mano posible y apostar todo lo que tienes, y ganar…o perderlo todo. O puedes abstenerte a jugar, sabiendo que podrías ganar la jugada o el juego entero, así como podrías perder un poco o quedarte sin nada, pero no arriesgándote ni a una cosa ni a otra. Piensa en las consecuencias que traerá tu decisión, y elige.

Si optas por intentar usar el artefacto para el bien, pasa a la página 89

Si en cambio, por el momento crees que es mejor no usarlo, ve a la página 37

PORTADA

PORTADA

CONTRAPORTADA

CONTRAPORTADA