11 abr 2015

PÁGINA 167


No necesitas que te traduzcan nada para saber que eso no había sido nada bueno. Los del sector informática empiezan a enloquecer, algunos poniéndose a teclear más y más rápido, otros poniéndose de pie y tapándose la cara, otros enfureciendo y pateando cosas. Al preguntarles lo que sucedió, un aterrado Ulises se apresura para traducirles la respuesta, casi muerto de miedo.

—El sistema de encubrimiento fue infectado. Se terminó, chicos. Nos descubrieron…—sentencia. El lugar se vuelve un caos nuevamente. Algunos corren hacia donde vos crees están las salidas por los túneles, otros se ponen a gritarles insultos a los hackers; otros, para tu sorpresa, desenfundan pistolas, rifles y otras armas de fuego que se preparan para disparar. El señor Montacna se dirige a ustedes y les habla como culpándose de todo lo sucedido, como entregado a una muerte pronta.

—Váyanse, chicos. Sigan a las demás personas por los túneles y…sálvense mientras puedan. Es inútil ahora usar los aparatos, sería una suicido. Perdónenme, no tendría que haberlos traído acá—se disculpa, para luego alejarse de ustedes. Vos y tus amigos se miran asustados, sin saber qué decir. Ulises se queda ahí, esperando que se muevan. Esto de no tener nunca otra opción, te está cansando, pero ya no hay nada que hacer más que correr. Le echan un último vistazo al señor Montacna, quien junto a los otros líderes medio que se quedan rezagados, cual capitanes de una nave que está por hundirse; y no podés evitar sentirte mal por él. Pero entonces recuerdas la pregunta que te venís haciendo mucho últimamente: ¿Qué más podrían hacer?


Justo cuando pensás en eso, oís claro una serie de helicópteros acercándose desde lejos. Un loco miembro de esa organización destinada a su final rompe una compuerta y sale al exterior, dejando entrar consigo una oleada de frío glacial. Lleva una ametralladora gigantesca que ni bien sale, comienza a disparar hacia los helicópteros. No pasa mucho hasta que desde allí, los federales comenzaran a contraatacar. Vos observas horrorizado como los disparos lo atraviesan, y como comienzan a disparar contra el fuerte. A pesar de que pareciera estar todo perdido, muchos otros miembros de la organización comienzan a disparar sus armas contra los helicópteros también. Antes de lo esperado, uno saca una bazuca de algún lugar y todos despejan el área para que él lance el proyectil hacia sus enemigos. Cuando da en el blanco, muchos se ven esperanzados, reanimados por una confianza que hace segundos no tenían. Ustedes dudan entre quedarse o irse, ¡el espectáculo parece salido de una película de acción! El único problema es que el peligro es muy verdadero. Al final, la horda de gente saliendo los termina empujando hacia los túneles subterráneos y se ven obligados a irse. Escuchas disparos de ametralladoras, misiles y cañones abriendo fuego a tus espaldas: se había armado una guerra detrás de ustedes, y ahora era imprescindible que se alejaran de allí. La tierra tiembla sobre sus cabezas mientras se dedican a seguir a la gente a través de los oscuros y helados pasadizos. En un momento, perciben claramente como se derrumba toda la cede detrás de ustedes con una explosión catastrófica, y el miedo los impulsa a seguir avanzando. Tras muchas bifurcaciones, terminan quedando ustedes tres solos en un túnel que desemboca bajo un puente de la sucia ciudad estadounidense en la que se encontraban. Lejos de sus hogares, sin dinero, ni un plan, ¿qué les depararía el futuro de ahora en más? 

Es imposible que lo sepan, pero se siente como si ese fuera el FIN.

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