—
¡Pero por supuesto que sí, muchacho! ¿Dónde creías que estabas, si no?
—preguntó, y no le respondes lo que hasta hacía un segundo habías estado
pensando.
—Entonces…todos
esos extraterrestres…y Germán…—comienzas, reflexivo.
—Todos
terminaron en el vacío, sí señor. Afortunadamente los Kózkoros no
sobrevivieron. Habíamos detectado que estaban en este cuadrante navegando sin
permiso, y volábamos hacia su nave para ponerlos bajo arresto cuando nos dimos
cuenta que lo que estaba afuera, en el espacio y a punto de morir, no eran esos
verdes demonios sino solo dos jovencitos humanos. ¿Cómo llegaron hasta aquí,
muchacho? ¿De dónde son? —Inquiere, y a tu propio ritmo intentas contarle todo
lo sucedido lo más detallado posible, sin omitir ni siquiera lo de haber
viajado en el tiempo.
—
¿Así que ellos enviaron este artefacto a la tierra dentro de un meteorito? —Te
pregunta él, señalando el aparato que yacía en una mesa cerca de la ventana y
al que no le habías prestado atención, a lo que tu asientes en una afirmativa
que lo deja pensando ahora a él. —Entonces…me temo que los rumores son ciertos,
después de todo. El que ustedes estén aquí, dos terrícolas, tan lejos de su
hogar…solo esclarece las cosas. Los Kózkoros han estado usando estos artefactos
para estudiar a diferentes especies, espiarlos a través de una pequeña cámara
oculta incluida en ellos, y para luego atacarlos por sus puntos débiles pasado
un tiempo. Pero hacía mucho que esto había dejado de ocurrir, que los
responsables habían sido puestos bajo arresto y que habíamos declarado que no
podrían navegar sin permiso más que por su odiosa galaxia. Habíamos escuchado
rumores de que habían vuelto a enviar esos aparatos, pero no podíamos conseguir
pruebas sin visitar planetas al azar y preguntarle a cada ciudadano si un
meteorito con un aparato avanzado no había, de casualidad, caído en sus
jardines en los últimos días. Pero esta…esta es la prueba que necesitamos. Con
sus declaraciones y este artefacto como evidencias, tendríamos todo lo
necesario para detenerlos ante la Corte del Sistema 91 y la Alianza Galáctica
podría prohibirles el…
—
¿Cómo que declaración? ¿Quiere que hable delante de una corte, con jueces y
testigos y todo?
—
¡Pero por supuesto que sí! Y seguro que si revisamos esa nave que está a la
deriva allí afuera encontraríamos más evidencias aún del portal que dices que
abrieron para transportarse a la Tierra, y se puede comprobar que las heridas
que tienen vos y tu amigo fueron infringidas por sus armas. Tu solo déjame
hacer unos cuantos llamados y organizaré el juicio para lo antes posible…
—
¡No! —Le gritás, porque sobre que te estabas empezando a sentir mejor este
hombre te ha vuelto a hacer agarrar dolor de cabeza. — ¡Tenemos que volver a
casa! Nuestros padres deben estar buscándonos, deben haber llamado a la
policía, ¡¿y qué pasaría si buscándonos a mí y a Germán encontraran el meteorito?!
¿Cuánto tiempo estuvimos inconscientes? ¡Tenemos que regresar!